lunes, 4 de enero de 2010

La historia se repite: Se hunde el Titanic después de chocar con... Riquelme.




Evidentemente – y a las evidencias me remito – la paradoja hace gala de su ejecución poética ante ciertos actos recurrentes como lo son: “Llamarse Mao Tse Tung y ser hijo de campesinos” o como en este caso “Ponerle de nombre a una embarcación: Titanic”.
“No debe haber visto la película”, afirmo uno de los agentes de prefectura que se acerco al lugar para socorrer a los sobrevivientes – mientras buscaba entre los restos del incidente una minita flotando en una tabla-.
Riquelme no quiso hacer declaraciones y solo se digno a decir “A Riquelme le duele mucho las cosas que se dicen. A Riquelme le molesta que no se respeten los códigos de la OMI (Organización Marítima Internacional), A Riquelme”.
Riquelme, que está prohibido en piletas públicas por enfriar el agua y provocar rigidez de pezones, había decidido darse un chapuzón en las corrientes del Delta de Tigre.
El capitán del “Titanic de Florencio Varela” – así era el nombre completo de la embarcación- , que en el momento del accidente se encontraba parado en la proa apoyando a una vieja al grito de “Soy el rey del mundo!”, dice no haber visto al iceberg con la camiseta de la selección argentina.
Pero la historia volvió a repetirse. El catamarán se llevo puesto una formación de hielo (Riquelme), y esto provoco la rotura del casco. El barco se hunde, se muere Roberto Di Carpio – se muere solo para levantarse una minita- , hacen una película, Riquelme se enoja y renuncia de nuevo a la selección , punto.


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