Cansado de usar la misma corbata 6 días a la semana y harto de oír a su jefe pidiendole cada vez más responsabilidad y eficacia, Daniel Cruz decidió abandonar su trabajo de oficinista para hacer eso que todas las ancianas y ancianos afirmaban hacer para poder sobrevivir hasta el 31 de cada mes. "Si hacer malabares me garantiza llegar a fin de mes me voy a vivir debajo de un semáforo!", se dijo a sí mismo. Y asi fúe nomás, desde Marzo de este año lo podemos ver realizando boludeces cuando se pone el semáforo en rojo.
"No sé que onda, pero esto de hacer malabares para llegar a fin de mes no me alcanza. Esto me pasa por hacerle caso a esos viejos conchudos que decían que esto era la posta para sobrevivir.", sostuvo con resignación.
La gente le hace sentir el rigor de la calle gritandole "Esto te pasa por no estudiar, vago de mierda", "Por qué no haces malabares con mis bolas??!!". Pero Daniel los escucha y sonríe. "Son gajes del oficio", pronuncia y se va resignado a pelotudear de nuevo.
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