Todas las miradas del partido Independiente - Boca estuvieron posadas en la figura de la cancha: Saúl Laverni. El arbitro salió a defenderse de las acusaciones sobre una inclinación desmedida para cobrar todo a favor de Independiente y negó que lo haya favorecido al propósito.
Saúl Laverni ensayó una autocrítica por su actuación en el empate 1-1 de Independiente - Boca. Cuestionado por diversos fallos que desfavorecieron al conjunto de la Ribera, el árbitro admitió hoy que no tuvo "una tarde acertada", pero pidió que "no lo juzguen por el hecho de haber ido a cabecear con muchas ganas el último centro que cayó en el área de Boca".
"No tuve una tarde acertada. Obviamente uno se siente mal porque en un momento tiré una diagonal que me dejaba cara a cara con Orión pero el culoroto de Montenegro no me la tocó, son las circunstancias del fútbol. Después de ver las imágenes, uno se da cuenta que Montenegro fué un egoísta y debió darme el pase", reconoció el árbitro.
Por ese motivo, aclaró que no hubo ninguna intencionalidad detrás de sus errores, tal como deslizaron algunos jugadores de Boca y el periodismo: "No hay que buscar fantasmas donde no los hay, lo eché a Cellay porque me irrita ese look Samurai que se hace, le queda horrible".
"El comprendió, así como yo comprendo el enojo de los jugadores. Pero los jugadores de Boca saben la clase de persona que soy y no me caben esos looks maricones", aceptó Laverni.
