El mismo reconoce que sentía una necesidad imperiosa de lograr el oro pero haciendolo bien a lo argentino. Pero ser una figura anonima lo ayudó a resistir sus sentimientos de empezar a hacer "su trabajo" en el aeropuerto, luego en la terminal de omnibus, así que entrenó más duro hasta conseguir llegar más lejos que nadie en nuestro país.
"No es un secreto que fui entrenado arduamente para llevar a mi país al éxito. Esto es lo mejor que me ha pasado luego de robarle el celular a Ricardo Darín", reconoció en la rueda de prensa sin eludir el tema.
"Esto no lo podría haber conseguido sin los guardas del subte de la línea B, mi familia y mis compañeros de equipo", les agradeció Eliseo con el metal dorado rodeando su cuello.
Vas a tener que revisar tus fuentes. El primer oro para Argentina lo trajo Moria
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