Los padres del menor han recurrido a diferentes especialistas para que el niño vuelva a convertirse en lo que era antes pero no han obtenido resultados positivos.
“Lo hemos bañado en caramelo para demostrarle que queremos verlo lindo y sano”, comentó la madre.
“A veces es una tortura llevarlo al cine porque los encargados del lugar nos prohíben entrar con comida a la sala, a veces sentimos que lo discriminan por ser pochoclo”, contó su padre entre sollozos.
Todo Wilde sigue conmovido por el suceso.
Ampliaremos.
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