Es una estrategia propuesta por la cúpula mayor de la iglesia católica. Se intenta evitarle a San Cayetano la situación de tener que decirle a uno de sus fieles que el no puede hacerlo entrar en Gran Hermano para que se rasque las pelotas durante unos meses y ganen un sueldo nada despreciable.
“Los jóvenes ya no quieren trabajar, quieren estar al pedo en la tele y ganarse unos mangos yendo a boliches a mostrar el ojete, y eso es lamentable para la iglesia". Advirtió un cardenal con sotana rosa.
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