Místico. Estatuilla del Martín Fierro llora sangre, repite el postre, pide un taxi y se da a la fuga luego de chupada de c%$& de Luis Majul.

Aparentemente la estatuilla no seria la única que sintió vergüenza luego del discurso de un magnánimo Luis Majul. Se dice que hasta el mismo Vila hubiese preferido que le besaran las posaderas en la intimidad y fuera de las cámaras.

Luis Majul, representante del periodismo independiente (que perdió el clásico con Boca por 3 goles a 1, dicho sea de paso), en un acto voluntario y sin ningún tipo de presión sobre sus hombros agradeció sobradamente a las autoridades máximas del canal para el que trabaja por el apoyo recibido (en todo sentido) durante los que cumplió con su labor de títere.

Los asistentes a la entrega de los premios no acompañaron con sus aplausos y vitoreos el agradecimiento. Salvo en contados casos. Como el de un misterioso personaje que apareció por debajo de la mesa en la que se encontraba el Señor Vila. Que luego de gritar un “BRAVO MAJUL” volvió a sus obligaciones.

La iglesia niega que se trate de un milagro. “Hemos visto a vírgenes llorar sangre, hemos visto a cristos llorar sangre, pero esto es otra cosa. Es decir, acá hay un tipo besándole el culo a su jefe en cámara, que hijo de puta” dijo un avezado en el tema de milagros y cuestiones mágicas perteneciente a la cúpula máxima de la iglesia cristiana en argentina.